Debo confesar, con
vergüenza, que tenía a esta autora desde hace mucho pendiente en mi lista de
pioneras de la ciencia-ficción por leer. Mi queridísmo y erudito amigo Alfredo
(librero de Opar y colaborador de la editorial Valdemar), me había hablado de
ella elogiando sus obras. Hace tiempo ya traté de encontrar alguno de sus
libros más representativos en castellano, pero conseguirlos con una traducción
decente es más ciencia-ficción y fantasía que la que propiamente escribió esta
autora.
Andre Norton quedó en
mi lista de "ya te pillaré o tendré que esforzarme y leerte en
inglés" y pasaron muchos años hasta que volví a tropezar con ella, por
fortuna. Fue solo hace unos meses, leyendo el magnífico prólogo de la antología
de cuentos de autoras de ciencia-ficción Mujeres
y maravillas. En aquel recorrido por las grandes autoras de la
ciencia-ficción anglosajona estaba ella, claro, y yo sentí que se me encogía el
corazón al leer lo que resaltaban de su obra. Resumido, una gran autora de ciencia-ficción
y fantasía que había sido bastante despreciada por sus colegas (casi todos
hombres) escritores de género debido a que la mayoría de su producción
literaria estaba destinada a un público juvenil. Como escritora de
ciencia-ficción odio profundamente este tipo de menosprecio, puesto que
considero, más que necesario, que se trabaje y se publiquen obras de
ciencia-ficción básicas destinadas a un público juvenil, más allá del adulto, y
que se propicie de esta manera el aumento de los aficionados a esta literatura.
Los lectores de ciencia-ficción, por desgracia, no somos una gran multitud y no
conseguiremos aumentar nuestra masa si no contamos con nuevas generaciones
jóvenes que se sientan atraídas por este tipo de historias y no cohibidas por
creer que es una literatura demasiado hard o extraña. Crear ciencia-ficción
juvenil supone invertir en algo que amas y que quieres que perviva y aumente.

Pese a ser
menospreciada por muchos escritores de ciencia-ficción, se hizo imposible no
reconocer el importante trabajo de esta señora y en 1977 fue la primera mujer
galardonada con el Gandalf Grand Master of Fantasy Award por la World Science
Fiction Society y en 1984 el Nebula Grand Master Award.Y a mí se me hizo
imposible no tratar de leerla de una vez y aprovechar para adoptarla y darla a
conocer por medio del proyecto "Adopta una autora". Admito que en un
primer momento tenía la intención de adoptar a mi amada C.L. Moore (por favor,
que alguien la coja y la trate como se merece), pero puesto que de esta dama ya
había leído mucho y nada de Norton, me decidí por empezar dándome a conocer yo
misma a una nueva autora. De momento solo he leído La patrulla estelar y tengo pendiente tres cositas más suyas que he
conseguido, a la espera de poder hacerme con algo de su emblemática saga Witch World. Dicha saga de treinta
libros son historias cercanas a la espada y brujería, más que a la
ciencia-ficción y donde las "perversas" protagonistas son mujeres que
quieren preservar a toda costa su virginidad para no perder sus poderes. Sin
duda todo un ejercicio contra los prejuicios machistas que Norton tuvo que soportar al ser ninguneada por
escribir género fantástico, en un mundo eminentemente dominado por hombres.No en vano desde sus
primeras novelas juveniles de aventuras y ciencia-ficción optó por el pseudónimo masculino Andre Norton, cuando su nombre real era Alice Mary Norton.
Ella misma admitía que en los años treinta, cuando empezó a escribir sus
novelas juveniles, se hacía más fácil ser leída si el público lector,
principalmente masculino, asumía que se trataba de un autor.
Muchos son los
elementos que me han sorprendido al adentrarme en esta autora, tanto a la hora
de conocer datos biográficos, como más puramente literarios. En lo biográfico
es importante saber que ejerció el trabajo de bibliotecaria durante muchos
años, especialmente en la sección infantil y juvenil, lo que debió, sin duda,
motivarla para desear acercar la ciencia-ficción a ese sector del público.
Intentó ejercer de librera (profesión de una servidora desde hace más de veinte
años) y en 1941 compró una librería llamada Mistery
House (bonito nombre, si alguna vez tengo una en propiedad la llamaré así)
que por desgracia tuvo que cerrar para volver al trabajo de bibliotecas
públicas. Tenía no más de 22 años cuando empezó a escribir y hasta la fecha de
su muerte, el 17 de marzo de 2005 con 93 años, escribió 130 obras de diversas
materias, aunque la mayoría de fantasía y ciencia-ficción, y 100 relatos
cortos. Desde luego, toda una autora prolífica y una pena que de ella en España
actualmente no exista nada en catálogo.
Este es solo un pequeño
esbozo de una gran mujer escritora de género fantástico cuyo legado ha influido
a otras autoras que yo amo profundamente como C.J. Cherryh, Lois McMaster Bujold... Una mujer de la que espero
seguir hablando y descubriendo (para mí beneficio y para el de todos) en
próximas entradas. La siguiente será la reseña de La patrulla estelar, una space-opera que me ha sorprendido por su
mensaje humano. Mientras tanto os ofrezco el saludo de los buenos exploradores
de la Patrulla Estelar: ¡Cielos
despejados!
Hola, preciosa, qué bueno verte por estos lados de nuevo! Como siempre, es un placer leerte, y más con este tema. Tengo una cierta debilidad por los autores olvidados, y quizás más cuando son mujeres ninguneadas por su género (me sale una cosa toda fighter de adentro). Así que sin dudas esta mujer tan genial queda dentro de mi lista de MUST READ. Y voy a estar atenta cuando vaya a librerías (sobre todo ahora que voy a andar por Buenos Aires). Me encantaría saber más, así que voy a estar esperando tus próximas entradas al respecto <3
ResponderEliminarUn besote gigante.
¡Hola, amor! Siempre es un placer para mí que te pases por mis mundos, aunque los tengo más que abandonados. Seguiré dando visibilidad a esta gran dama, pues lo merece. Mil gracias por leerme y por todo. Besotes
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