Hola a todos, pues ya estamos en pleno junio y toca subir al blog el segundo capítulo de mi novela Azul, el poder de un nombre. Samidak. Como ya anuncié, cada mes publicaré un capítulo para ir abriendo el apetito lector, hasta que en octubre sea publicada ya al fin como libro. De todas maneras, todo aquel de vosotr@s que lo desee, puede mandarme un mail con su dirección postal y le haré llegar, de manera gratuita, la revista publicitaria de mi novela, donde aparece el adelanto de los seis primeros capítulos que voy a ir colgando aquí mismo. Siempre es más cómodo leerlo en papel, así que os invito a que os animéis a pedirme esta publicidad de mi libro. ¡Disfrutad de la lectura!
CAPÍTULO
2. LA NIÑA, LA PRIMARIA Y EL PORTAL
Dankina se sentía
inquieta, no era propio de ella, puesto que ella era la Primaria, la superiora
y responsable de las Consejeras Doradas, así que resultaba increíble que una
mujer con semejante cargo fuera víctima de sus nervios. Pero en aquella ocasión
se le hacía inevitable. Lo único que podía hacer por camuflar unos nervios a
los que no estaba acostumbrada, era tomarse un té doblemente cargado con hojas
de uséo. Nunca antes había recurrido a semejante bebedizo, pero ahora tenía
esperanza en aquel remedio rústico y antiguo. Deseaba que aquel brebaje le
aclarara la mente que tras años de fuerte disciplina monástica había
considerado férrea y ahora se reía de ella, convirtiéndola en un títere de
manos temblorosas.
No dejaba de pensar en su visita a aquel
extraño bebé conocido como Azul. En cuanto sus informadores le hicieron saber
que el cónsul Kritias Sabas había traído hasta Tarinia una criatura desconocida
y surgida de una aparente nada, Dankina sintió la necesidad de conocerla. Su
mente de Consejera Dorada se pobló de extraños y oscuros vaticinios, presintió
que aquel ser procedía de un universo ajeno al suyo, y si se había abierto una
brecha entre dimensiones, nada bueno podía esperarse.
El fin último de la
Orden de las Consejeras era el de preservar su universo, evitar que nada
procedente de otro se interrelacionara con el suyo, un vínculo semejante podía
ser catastrófico. La Sagradas Escrituras de la Orden ponían de manifiesto la
posibilidad de la llegada de un Demiurgo a través de una grieta
interdimensional y eso sería el fin de todo. Sin embargo, cuando Dankina
consiguió ver a Azul, tras el consentimiento previo del canciller Príamo
Walser, sus visiones no fueron todo lo precisas que necesitaba. Aún tomándola
en brazos, no supo fijar su naturaleza. Aquella niña albergaba un enorme poder
y sin embargo no parecía soportar la esencia oscura de un Demiurgo devorador de
mundos. Dankina estaba convencida de que Azul pertenecía a otro universo, pero
no podía estar segura de que fuera un Demiurgo. Por ello aplazó su decisión de
acabar con ella.
Antes acordó visitar la
biblioteca de Iluminia, el archivo de la Orden, para consultar las Escrituras
en busca de algo que le aclarara quién o qué era el bebé conocido como Azul.
Las Escrituras eran la más sagrada y antigua fuente de información de las
Consejeras Doradas. Eran un testimonio tan preciado, que su mera consulta, al
margen de ser poco frecuente, sólo podía autorizarse al cargo más alto de la Orden,
que en ese momento lo ocupaba ella. Se decía que las escrituras habían sido
redactadas evos atrás por la Primaria original fundadora de la Orden, nombrada
bajo el calificativo de la Antigua. Las Escrituras estaban manuscritas en
irinio arcaico y bajo la forma de versos intrincados y generalmente crípticos.
Aún así, contenían toda la historia pasada y futura del universo.
Cuando Dankina llegó a
la biblioteca, las novicias que estaban
a cargo del archivo se sobresaltaron por su presencia y no pudieron evitar la
visión de que algo malo estaba por venir. Dankina ignoró la alarma de sus
novicias y no perdió el tiempo en explicaciones, necesitaba camuflar sus
propios temores respecto a Azul. Empleó un buen rato en la biblioteca, pero
gracias a sus novicias auxiliares dio con el versículo que anunciaba la llegada
de aquel bebé:
Primero,
llegará el océano
en
el azul profundo de una mirada;
antes
que surja el Devorador de mundos
el
océano inundará el universo.
Pero
nadie de la Orden podrá
envenenar
ese océano,
ni
tratar de secar sus aguas azules.
Su
principio y su fin no podrán
ser
regidos por las Consejeras Doradas.
Dankina leyó
atentamente y en repetidas ocasiones aquel enigmático fragmento, llegando a la
conclusión de que las Consejeras Doradas no podían acabar con la vida de Azul,
así lo dictaban las Sagradas Escrituras. Sin embargo, Dankina tembló de
indecisión, incapaz de saber si aquella niña era un Demiurgo Oscuro o sólo su
heraldo. La naturaleza de Azul se presentaba como indescriptible.
Y aunque habían pasado
varios ciclos desde su visita a la biblioteca de Iluminia, Dankina no podía
descansar serena en el Santuario de Tarinia. Aquel día esperaba la llegada de
su ayudante Fee Tomen, uno de los pocos hombres que trabajaban vinculados a la
Orden de las Consejeras Doradas. Fee Tomen siempre se había caracterizado por
ser un irinio de temperamento impasible y reservado, bastante calculador,
razones por las que funcionaba a la perfección como enlace exterior de la
Orden.
Además poseía el lado
oculto y oscuro que a veces la Orden requería para llevar a cabo sus designios
más sombríos. A Dankina no le gustaba que sus novicias o ella misma mancharan
sus manos con sangre. Dankina había ordenado a su ayudante ir hasta Antirios
para tratar de recopilar más información sobre la aparición de Azul en aquel
planeta.
Mientras esperaba en su
despacho la llegada de Fee Tomen, la Primaria no dejaba de acariciar a su ogo
Bíker, tratando de calmarse con el contacto suave de la pequeña mascota. Aquel
animal era un felino algo mayor que los gatos terrestres, de un pelaje verde
moteado y con unas orejas picudas siempre erguidas. Como felino poseía una
estilizada gracia y equilibrio natural, pese a no disponer de cola. Además eran
criaturas muy sensibles y capaces de compartir las emociones de sus amos. Así,
Bíker notaba la inquietud que dominaba a su dueña y se dejaba acariciar con el
fin de serenarla. Cuando sonó el intercomunicador del despacho, Dankina se
sobresaltó de tal manera que Bíker no pudo sino saltar de su regazo al suelo.
-Madre Primaria, acaba
de llegar Fee Tomen, ¿quiere que le haga pasar?
-Sí, claro, novicia
Fandyra.- Dankina respondió con tanta rotundidad a su secretaria que pensó que
lo más probable era que la pobre le hubiera escuchado al otro lado de la maciza
puerta sin necesidad del intercomunicador. Acto seguido Dankina se levantó de
su asiento para arreglar los pliegues de su ropa. Llevaba un sencillo vestido
no especialmente ceñido y largo hasta los tobillos, con anchas mangas, todo en
un tono negro con unos escuetos adornos que no eran más que finas líneas
doradas en los bordes. Era su atuendo más característico, un discreto conjunto
que contrastaba con el uniforme de botas y trajes dorados de sus novicias
guerreras. Relucientes uniformes que inútilmente se ocultaban bajo las capas
negras con capucha que servían para encubrir sus facciones.
El tejido del vestido
de Dankina era de un negro tan intenso que resaltaba la palidez de su tez y de
su cabello rubio recogido y adornado con la diadema de oro en la que estaba
labrado el símbolo de las Consejeras Doradas, el círculo en cuyo interior había
una flor de cuatro pétalos cada uno de los cuales con un ojo en su centro. El
círculo que todo lo ve, presente también en el uniforme de cualquier Consejera
Dorada o siervo de la Orden.
Cuando Fee Tomen entró
en el despacho, mientras se saludaban, y antes de que la novicia Fandyra les
dejara solos, Dankina estudió las facciones de su emisario buscando signos de
la naturaleza de las noticias que portaba. Necesitaba saber cuanto antes si se
trataban de buenas o malas revelaciones. Pero el rostro del emisario, con su
mutismo característico, no transmitía nada concreto.
-He esperado ansiosa su
llegada. Dígame, ¿es cierto que alguien abrió un portal desde otro universo? ¿Fue
una grieta dimensional el canal por el que Azul llegó hasta Antirios?- Dankina
lanzó sus preguntas tan a bocajarro que Fee Tomen no se molestó en disimular lo
muy incómodo que aquello le hacía sentir. Él era un hombre disciplinado y tenía
preparado un informe completo sobre aquella crisis. Le hubiera gustado empezar
desde el principio y no desde el final.
-No es algo tan fácil
de aclarar, mi señora.- contestó Fee Tomen con una sencilla frase que a Dankina
le pareció tan intolerable como un insulto directo.
-Entonces, trate de
explicarlo de manera compleja, pero hágalo de una vez.
-Bueno, no podemos
tener datos claros de lo que ocurrió en Antirios, porque es imposible acceder a
ese planeta. Desde nuestra nave verificamos una lectura inusual en el espectro
energético de la superficie de Antirios. Supuestamente parece el registro de
una alteración espacio-temporal, residuos de esa perturbación así lo sugieren.
Pero estábamos demasiado lejos para valorar adecuadamente esa lectura. No tiene
porqué tratarse de una ruptura entre universos. Quizá fue la fuente de energía
de un transporte desconocido.
-Lo dudo mucho. He
visto a la niña y he consultado las
Escrituras, todo apunta a que vino de otro universo. Y esperaba que con su
informe me confirmara cómo atravesó nuestra barrera dimensional y sobre todo si
fue la única criatura en hacerlo. Se me hace difícil imaginar a un simple bebé
moviéndose hasta nuestro universo, aún cuando no sabe ni andar. Estoy
convencida de que esa niña es de otro universo.- afirmó Dankina. En su tono
había una determinación que pugnaba por no existir, porque la propia Primaria
no deseaba otra cosa que no fuera equivocarse.
-Pero, mi señora, por
lo que sabe nuestra Orden, sólo existen unos seres capaces de pasar entre
universos y esa niña tiene ADN en parte humano, no puede ser uno de ellos, no
puede ser un Demiurgo.- Fee Tomen arrastró su última palabra tratando de
ocultarla en un simple susurro. Dankina le miró enojada y con los ojos llenos
de ira, no deseaba escuchar aquel apelativo.
-La primera misión de
nuestra Orden, nuestra misión más sagrada es controlar que los universos no se
conecten unos con otros, que no haya rupturas entre ellos. Sólo hay unos, como
bien dices, aquellos a los que no debemos nombrar, que tienen el poder de pasar
entre los universos. Esperemos que el incidente de Antirios y la llegada de esa
misteriosa Azul no tenga que ver con ellos, por el bien de todo lo que existe.
Las Escrituras hablan de uno de ellos en especial, el Oscuro, aquel que gusta
de devorar mundos. Nada bueno puede esperarse de un ser que tiene la capacidad
de cruzar universos, por eso, aún sin poder identificar a la niña, me asusta su
desconocida naturaleza.- Dankina se reprimió para que no le temblara la voz al
hablar con su ayudante. Hacerlo le supuso un gran esfuerzo, porque todo su
cuerpo le pedía a gritos ser controlado por temblores.
Fee Tomen no había
contribuido con su informe vacío a tranquilizarla, no tenía datos precisos del
portal abierto entre universos, su posible origen primario y su ejecutor. Ni
siquiera acertaba a asegurar que se había producido. Pero las Consejeras
Doradas poseían poderes visionarios y Dankina había vislumbrado un cruce de
universos y su visita a Azul sólo se lo había corroborado. Ahora Dankina, a la
cabeza de su Orden, sólo podía rogar que aquel no fuera el comienzo del fin de
todo lo conocido, la llegada de un aniquilador de mundos.
-Mi señora, si lo
desea, puedo colarme en la Unidad Médica y asesinar al bebé, sólo tiene que
ordenármelo.- se ofreció Fee Tomen con una tranquilidad escalofriante.
-¡No! Nadie vinculado a
la Orden la tocará, las Sagradas Escrituras así lo establecen. Ellas siempre
nos han regido y aconsejado bien.- Un largo silencio que se antojo eterno se
cernió sobre la Primaria y su ayudante. Las palabras de Dankina lo rompieron
pasado un lapso de tiempo.
-Sea como sea, debemos
de seguir la evolución de esa niña en la Federación. También convendría que
nadie especulara con la posibilidad de que procede de otro universo. Eso es
algo que sólo compete ser manejado y controlado por nuestra Orden. Nadie más
está preparado para comprender la complejidad de los multiversos.
-Mi señora, la Orden
nunca ha fallado a la hora de ocultar la existencia de otros universos, tampoco
lo hará ahora. Nuestra última crisis al respecto con las teorías científicas de
multiversos de Brian Scott fue arreglada convenientemente.- Fee Tomen no
disimuló una pequeña sonrisa ladina al evocar cómo había acabado con aquel
científico con sus propias manos, haciéndolo pasar por un simple accidente de
laboratorio.- Nos ocuparemos de que nadie en la Federación vea un portal a otros mundos lejanos en Azul.-
Cuando Fee Tomen mencionó aquel nombre con su tono serio, Dankina sintió un
escalofrío por todo su cuerpo. Trató de guardarse para sí su reacción, no
quería que su ayudante se hiciera eco de sus miedos, odiaba sentirse débil e
indecisa, ella, la Primaria de las Consejeras Doradas. Jamás se había sentido
tan abandonada por su temple.
Era humillante y desde
luego algo que Fee Tomen no podía conocer. Como no podía decirle que ante la
mención del nombre de la niña, la Primaria vislumbraba un futuro plagado de
luchas y enfrentamientos.
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-Tú eres especial, no
eres uno más y eso ante mis ojos me llena de orgullo, pero ante los de otros es
un defecto inadmisible que debe corregirse. Es por eso, hijo, que no puedo
dejar de rogarte que acates sus dogmas, que seas como ellos para evitar tu
sufrimiento.- Meridiar acarició el rostro de su hijo mientras le aconsejaba con
sus palabras.
-No puedo ser como
ellos, no tengo el valor para serlo... no sirvo para ser el gran guerrero que
quieren.- replicó Meridiarus con melancolía.
-Sí lo tienes, porque
la mitad de tu sangre es de un Arkenus, tu padre. Y hay más valor en ti que en
muchos de ellos. Ese valor que hace que te saltes sus normas, sin asustarte
ante sus castigos. El coraje que te ha hecho venir hasta mí a escondidas siendo
aún más niño, sólo para que yo te contara historias de los dioses. Nada te ha
impedido acudir a mí, siempre lo has hecho ignorando las represalias de tus
tutores...
-Hoy ha sido
diferente.- intervinó el joven Meridiarus, interrumpiendo la charla de su
madre.- Hoy ellos mismos me han conducido hasta ti, me han traído a tu lado,
como si ya no se me prohibiera compartir mi tiempo con el tuyo. Pero no me han
explicado nada, sólo me han acompañado hasta tu puerta. No lo entiendo, ¿por
qué? ¿qué ha cambiado madre? ¿me dejaran ahora estar contigo? ¿me dejaran ser
algo más que un fiero guerrero?- Meridiarus miró a su madre tratando de
encontrar la explicación a ello. Ella le devolvió la mirada con unos ojos
ahogados por la pena, ese tipo de mirada emotiva que él no podía ver en otra
cthulkug que no fuera su madre. Sólo ella, de entre todas las hembras del clan
expresaba sus emociones sin la frialdad característica de su raza. Era una
mujer especial, incomprendida y criticada por cuantos la rodeaban, calificada
de anómala.
-Tu padre ha muerto,
ahora tú eres el señor de nuestro clan, ahora tú eres el nuevo Arkenus, se
acabo ser Meridiarus.- las palabras se convertían en susurros ahogados en la
garganta de Meridiar. El joven Arkenus no lograba entender porqué su madre se
sentía tan destrozada ante la muerte de su padre, aquel que sólo la había usado
para concebirle y luego la había confinado, pagándola con desprecios y
castigos.- No podré volver a verte jamás, hijo mío, ellos me han permitido
despedirme de ti...- la voz de Meridiar se quebró incapaz de guardar por más
tiempo algo de entereza.
-Madre, si voy a ser el
señor ahora, tu habrás de acompañarme porque ese es mi deseo.- afirmó Arkenus
con firmeza sin poder concebir la idea de despedirse de su madre.
-No, mi Arkenus, no
puede ser así, yo he de irme con tu padre.
-Si él está muerto,
¿por qué habrías de irte con él?
-Porque así lo dictan
nuestras leyes. Yo pertenecía a tu padre, era suya como hija de su hélipe.
Tengo que seguirle en su muerte...
-¡No! No tiene sentido,
no puedes matarte por él. ¿Qué clase de vida es esa? ¿Cómo puedes elegir vivir
y morir así? ¿Qué honra obtienes con ello? ¿No puedes morir con honor como un
guerrero?
-Mi Arkenus, mi honra
eres tú, el haberte tenido, el ser tu madre. No puedo estar más orgullosa de lo
que he conseguido con mi vida cuando te contemplo. Mi hijo, el nuevo Arkenus,
algún día serás un glorioso cthulkug, el mejor guerrero de nuestro clan. Así lo
reveló la diosa Alivisiar.
-No me hables de
dioses, ahora ya no puedo creer en ellos.- contestó Arkenus resentido.-
Nuestros dioses son tan crueles como nosotros mismos, nada puedo esperar de
ellos.- Meridiar contempló a sus hijo afligida, no porque estuviera renunciando
a sus dioses, sino porque sabía que en un futuro él sería adepto de una deidad
ajena a los cthulkugs, así lo reveló la sacerdotisa del templo de Volvariak.
-Arkenus has de irte
ya, dentro de poco vendrán las cortesanas plañideras a buscarme habré de irme
con ellas...- Meridiar no quiso explicar más a Arkenus sobre el funeral de su
padre y el suyo propio. Tampoco le comentó que antes de que él llegara había
tomado el cirvinar, el veneno ceremonial que no tardaría en hacer efecto
provocándole la muerte.- Tú serás el mejor Arkenus que haya visto este planeta
y lo serás porque eres mi hijo, mi honra más preciada, no lo olvides, aunque yo
ya no exista... Sé fuerte, sé el mejor de los guerreros, está en ti serlo
aunque no lo creas. Algún día lo entenderás, aunque ahora no puedas porque eres
poco más que un niño. Pero si me aprecias, me honrarás convirtiéndote en lo que
ellos quieren y cuando lo seas, serás libre para ser grandioso.-tras estas
últimas palabras Meridiar abrazó con dulzura a su hijo y le dio un beso en la
frente. Arkenus dejó que la melancolía le invadiera, aceptando la despedida
final de su madre y que ya nadie volvería a abrazarle con aquel cálido cariño.
Un amor semejante moriría con su afectuosa madre, aquella singular entre los
impasibles cthulkugs.
Buen trabajo, Begoña!
ResponderEliminarTal y como te he conentado en otras ocasiones, creo que vas a lograr una novela entretenida, fresca y, sobre todo, muy currada.
Muchas gracias por dejarnos leer parte de ella. :)
Besitos.
¡Hola! Mil gracias por los elogios, me pongo roja de leerlos. Besos
EliminarHola, Begoñaaa.
ResponderEliminarVaya que tienes talento. Me gusta mucho :3
¡Saludos!
¡Hola, guapa! Me alegra que te guste. Besitos
EliminarHola
ResponderEliminarNo lo leer Jajaja porque no leí el capitulo uno, por lo que voy a buscarlo primero.
Saludos
¡Hola, simpática! Si te apetece leer el prólogo y el capítulo uno lo puedes encontrar en la entrada "Libros" de mi blog en la página "Samidak". Mil besos
Eliminarme ha encantado!! se te da muy bien escribir, lo haces muy bien!!
ResponderEliminarque tengas mucha suerte con tu libro!! :)
un besito!
¡Hola, guapa! Muchas gracias, a lo mejor te toca venderlo en tu curro con el tiempo, jajaja. Besos
EliminarBuenaas! Me encantó!!! Te quedó genial <3
ResponderEliminar¡Hola! Muchas gracias, me alegro de que te guste. Besos
EliminarPues yoi que te he conocido entre el capítulo 1 y 2 tengo que empezar por el principio y eso haré ;) Besos :)
ResponderEliminar¡Hola! Pues cuando quieras me lees desde el principio, siguiendo la entrada "Libros. Samidak" de mi blog. Besos
EliminarCada vez me gusta más lo que leo¡¡¡ quiero el libro¡¡¡ yaaaaaa¡¡
ResponderEliminarun besazo¡¡ genial¡¡¡¡
¡Hola, majo! Y lo tendrás y con una dedicatoria especial, te lo prometo. Besos
EliminarHola preciosa!
ResponderEliminarNo lo he leído, pues me gustaría hacerlo desde el principio, así que me pasare por la sección donde lo tienes puesto el primer capítulo. Besotes
Hola, guapa! Pues cuando quieras, para eso están. Mil besos
ResponderEliminar¡Hola! he leído un poco por encima y me a encantado, así que empezaré por el primer capítulo.
ResponderEliminarBesos, me quedo por aquí ^^
Hola, guapa! Pues cuando quieras me sigues leyendo, gracias por visitar mis mundos. Besos
ResponderEliminarTienes una nueva seguidora:) espero seguir por aquí, solo he empezado a leer el capitulo y me pinta de maravilla por lo que me pondre a leer el primero, ya espero con ansias el libro heee:3
ResponderEliminarun beso^^
wayra♥
¡Hola, simpática! Gracias por los halagos, me alegran el día. Espero que te siga gustando mi historia. Muchas gracias por visitar mis mundos. Besos
EliminarMe ha gustado bastante^^
ResponderEliminarUn beso<3
Hola, guapa! Muchas gracias por pasar por mis mundos. Besos
ResponderEliminar¡Hola, guapísima! Ya te he dicho, me encanta tu imaginación <3 y escribes genial.
ResponderEliminarTienes todos los ingredientes para que te vaya genial como escritora ^^
Un besazo.
¡Hola, Cristina! Eres un auténtico amor, gracias por tus comentarios. Besos
EliminarEstá muy bien... te animo con el siguiente capítulo! Saludos.
ResponderEliminar¡Hola! Gracias por tus ánimos, en realidad la novela completa ya está más que hecha y sale publicada en octubre. Besos
EliminarHola guapa!
ResponderEliminarMe ha encantado, sigue así. A la espera de otro capítulo jejeje
Un besito, nos leemos^^
¡Hola, guapa! Muchas gracias por tu apoyo, sigue leyéndome siempre que quieras. Besos
ResponderEliminar